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Hoy, 31 de diciembre del 2017, quiero hacer una despedida para este año que se fue rápido pero que ha dejado muchas cosas. Sé que para muchos fue un año difícil, de pérdidas y nuevos comienzos, pero también ha sido un año de aprendizaje y de dejar ir.
Siento que ha sido un portal para todo lo que viene, un portal que me ha permitido dar entrada a nuevos proyectos, pero sobre todo, un portal que le da la bienvenida a renovarme y a forjarme.
El 2017 ha sido el año en el que varias veces me quedé dormida en mi intento por meditar; también fue el año del malabarismo para encontrar el famoso "balance entre vida y trabajo", aunque todavía no doy con el. Fue un año de retos personales, de reconocer malos hábitos y de implementar otros mejores. Fue el año del club de las 5:00am, de retar a mi cuerpo y a mi mente, cambiando mi alimentación, siendo más consciente de lo que consumo en todo sentido.
El 2017 fue el año en el que estuve más en contacto con quien soy, de aceptarme un poco más y reconocer que apenas estoy abriendo ese portal, apenas encontré la puerta y estoy tocando, esperando que el 2018 me reciba y me diga que me limpie los pies para pasar.
Gracias 2017, aprendí muchas cosas a trancazos, pero me dejas una amorosa familia, buenos amigos, buenas lecciones, trabajo y proyectos motivadores.
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